Intensidad. Si tuviera que resumir en una palabra el libro "Malahija" de la escritora Camino de Prada, sería precisamente esa, intensidad. Algo que sin duda ya se adivina desde la primera frase: “Mamá era una mala madre y una buena persona”. ¿Verdad que ya dan ganas de conocer quiénes son esa madre y esa hija? Y de eso va precisamente el libro, de la relación entre una madre y una hija. Una relación que ya desde esa primera frase se adivina intensa, difícil, altamente emocional. La emoción es sin duda la materia prima con la que Camino ha escrito este, su tercer libro.
La protagonista es Ginebra (Gigi), y es la narradora que nos
cuenta un viaje visita a su madre, tan físico como emocional. Una de las
curiosidades es que la trama transcurre en apenas un día. Y, en ese espacio
temporal, consigue condensar años de malentendidos, de silencios, de heridas
abiertas y muy profundas.
Camino explora, a pecho descubierto, el complejo mundo de
los vínculos familiares, en especial la ambivalencia de la relación madre/hija.
Vemos como a lo largo de la historia los papeles de madre e hija se invierten.
La hija ejerce de madre que cuida y protege a su progenitora. La madre aparece
como un ser vulnerable, dependiente, buscando en su hija la protección que no
ha logrado encontrar en otra parte, Y, aún así, colocándose como adulta para
decidir sobre su vida.
Pero el relato va más allá, porque Gigi, aunque no quiera
¿puede estar repitiendo con su propia hija el mismo patrón que su madre con
ella? "Malahija" amplía la historia para convertirse en un relato de una saga de
mujeres infelices, unidas por semejanzas que no reconocen, con silencios y
traumas que van pasando de una generación a otra.
Otro de los temas que se tratan en el libro aportándole una
capa de complejidad es el del abandono y el maltrato por parte de los hombres. En
distinto grado, pero haciendo que las mujeres se sientan solas y dolidas.
La novela también está llena de símbolos, destacando entre
todos el del enorme perro que acompaña todo el tiempo a Gigi. Le ha puesto de
nombre “Dolor”. El paralelismo entre el perro y el sentimiento de dolor que
atraviesa la relación madre hija es evidente. Dolor siempre está ahí, a veces
dócil, a veces incontrolable…siempre presente…uniendo y a la vez separando a
las protagonistas.
El sentido del humor gallego, recorre la novela como una
corriente subterránea. No es un humor explícito, no busca la carcajada, sino
que asoma entre líneas, en la ironía, la retranca, en la manera de afrontar el
dolor con una sonrisa torcida. Quizás un humor que es otra forma de resistencia
no exenta de ternura.
Camino utiliza una prosa clara, directa pero que a la vez
tiene un toque poético, llevándonos de la mano para que sintamos las emociones
de las protagonistas ¿podemos ponernos de parte de alguna? Sin alejarnos en
ningún momento de la esperanza de vivir su reconciliación, ¿pero se trata de la
reconciliación entre ellas o de cada una consigo misma?
No quiero dejar de mencionar otra conexión, la de "Malahija" de Camino de Prada con "Mamá" de Edmundo Díaz Conde, que va más allá de la temática, pues ambos escritores comparten vida y creo que también universo creativo. Son libros muy distintos, pero en los que ambos parece que escriben a corazón abierto, como si utilizaran la escritura como un ejercicio de introspección y de catarsis…
En definitiva…no dejéis de leer "Malahija".